¿Qué es la alergia?
La reacción alérgica consiste en la percepción de nuestro organismo como nocivo de una sustancia que no lo es (alérgeno). Este contacto pone en marcha una respuesta inmunológica exagerada que se manifiesta en diversos órganos del cuerpo.
Los alérgenos más frecuentes son: pólenes, ácaros, epitelios de animales, látex (o caucho natural, que está presente en guantes de goma, sondas, catéteres, globos, en chupetes, tetinas de biberones, etc.), picaduras de avispas, ciertos alimentos y algunos medicamentos.
El alérgeno puede entrar en contacto con el cuerpo de varias formas: inhalado por la nariz o la boca, ingerido (alimentos o ciertos fármacos), inyectado (medicamentos o picaduras de insectos) o por contacto con la piel, provocando dermatitis de contacto.
Se ha demostrado que la inmunoterapia evita que la alergia se agrave y pase de una simple rinitis a desarrollar asma. Las vacunas han evolucionado mucho en los últimos años: las pautas de administración son más rápidas y los extractos alergénicos utilizados están mejor estandarizados. Son especialmente eficaces en los niños.
En segundo lugar, asma bronquial. No hay que olvidar que un 80 % de todos los asmáticos lo son por causa alérgica.
El asma puede manifestarse inicialmente con una tos seca, fundamentalmente desencadenada por ejercicio, risa o humo de tabaco. Más tarde surge dificultad para respirar, ruidos torácicos (pitos o silbidos), sensación de opresión en el pecho. También puede manifestarse únicamente al realizar esfuerzos, por ejemplo subir escaleras, obligándonos a detenernos porque nos falta aire.
- Congestión nasal
- Rinorrea (aumento de mucosidad nasal)
- Estornudos
- Lagrimeo y enrojecimiento de los ojos
- Tos seca
- Pítidos en el pecho al respirar
- Dificultad respiratoria
¿Cómo se diagnostican las alergias?
Consiste en la aplicación sobre la piel del brazo de gotas que contienen el alérgeno al que podemos ser sensibles. Con una mínima lanceta se atraviesa la piel y se introducen las gotas con el alérgeno. Se observa la reacción a los 15-20 minutos.
Además, es posible realizar análisis de sangre, con lo que de una forma más precisa podemos cuantificar y demostrar la presencia de anticuerpos específicos.
En el caso de alimentos o medicamentos, a veces se realiza una prueba de provocación, observando bajo control médico la reacción tras la ingesta.
Para diagnosticar un asma bronquial se realizan pruebas de función respiratoria.
¿Cómo se tratan las alergias?
En segundo lugar, hay medicación que es muy eficaz en el tratamiento de síntomas, como son los antihistamínicos -ahora también disponibles en colirios y gotas nasales-; corticoides tópicos -inhalados por boca o nariz que a diferencia de los corticoides tomados por boca apenas se reabsorben por el cuerpo y por lo tanto carecen de efectos sistémicos-; y otros fármacos.
Es importante saber que todos estos tratamientos mejoran y controlan los síntomas pero no curan la alergia.
Hoy en día sólo hay un tratamiento que puede inducir una tolerancia al alérgeno: se trata de la inmunoterapia (vacunas).