Es uno de los productos más consumidos en el país y son muchos los estudios que demuestran las ventajas de incorporarlo en la dieta.
- Prevenir enfermedades intestinales como síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn e inflamación intestinal.
- Disminuir el riesgo de padecer enfermedades como cáncer, candidiasis, hemorroides e infecciones urinarias.
- Mejorar la digestión y combatir la acidez.
- Combatir la constipación y la diarrea, regulando el tránsito intestinal.
- Aumentar la producción y absorción de nutrientes, como las vitaminas del complejo B y K, calcio e hierro.
- Fortalecer el sistema inmunológico, por aumentar la producción de células de defensa llamadas macrófagos.
- Impedir la proliferación de bacterias no benéficas en el intestino.
- Ayudar a digerir la lactosa, especialmente en personas con intolerancia a este tipo de azúcar.
- Prevenir enfermedades crónicas de origen inflamatorio como obesidad, colesterol alto, hipertensión arterial y diabetes tipo 2.
- Prevenir alergias e intolerancias alimentarias.
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